Lo que estaba planeado como un viaje relámpago terminó en una decisión con la velocidad de un rayo. Federico Pereyra había obtenido seis días de permiso: en ese lapso tenía que volver a Argentina, disfrutar la Navidad en familia y regresar a Irán, para calzarse nuevamente la camiseta del Shahdab Yazd. No hubo tormenta, pero sí soplaron intensos vientos de cambio: “Fede” sintió que debía quedarse en casa, aceptó la oferta de UPCN de San Juan, su provincia natal, y se transformó en el único de los doce medallistas de bronce en Tokio en jugar la Liga Argentina masculina.

Fede, en su debut oficial con la camiseta de UPCN

A continuación, en The Cecco 15 compartimos la primera parte de una extensa entrevista con el opuesto sanjuanino.

–¿Cómo tomaste la decisión? ¿La venías elaborando hace tiempo o fue algo mucho más impulsivo?

–Sinceramente, fue un flash. Jugué el 22 de diciembre en Irán y en la madrugada del 23 me tomé un vuelo a Argentina, porque el club me autorizó a pasar la Navidad con mi familia. Tenía que volverme el 30. Eran seis días nada más. Llegué a Argentina y mi mujer venía con algunos dolorcitos por el embarazo. Fuimos juntos al médico y le dijo que estaba haciendo algunos esfuerzos de más y que, por ejemplo, no podía alzar a Lorenzo, nuestro hijo de 3 años, porque pesa como 20 kilos. Ella se hace cargo de todo: la comida, llevar a Lorenzo al jardín, limpiar la casa. Y ahí me dije: “¡Buehhh, lo económico va y viene! Por tres o cuatro meses no me va a cambiar mucho”. Y decidí quedarme. Hablé con el club de Irán, llegamos a un acuerdo y quedamos en buenos términos.

–En alguna entrevista reciente dijiste que no te perdonabas no haber acompañado a Alejandra durante el embarazo de Lorenzo. ¿Pesó también un poco esa “culpa”?

–Sí, necesitaba estar cerca de la familia. De hecho, el día del parto de Lorenzo yo jugaba para Lomas Vóley y estábamos en el Sudamericano en Montes Claros, Brasil. Jugamos un partido muy importante contra Bolívar para meternos en semifinales. En aquel momento, “el Negro” Silva, el entrenador, me dijo: “Fede, quedate, te necesitamos”. La rompí, ganamos 3-2 (nota: fue la figura del partido, con 33 puntos) y después jugamos las “semis” y llegamos a la final contra SADA Cruzeiro, aunque ahí ya no tuvimos chances.

Uno siempre piensa en lo deportivo, en uno mismo, y esta vez traté de no pensar en mí. Decidí priorizar lo humano: estar cerca de mi mujer, mi hijo, en este momento tan importante para todos. Por eso, la decisión fue fácil, no fue nada enroscada.

Fede, en su etapa de Monteros de Tucumán, y una mirada llena de ternura con Lorenzo

–Además, tuviste experiencias complicadas, como la de Arabia Saudita, que seguramente influyeron para tener ganas de estar un tiempo en tu tierra.

–Sí, en los últimos años he tenido la mala suerte. Por ejemplo, me quedé varado en Arabia Saudita tres meses y medio. Después firmé contrato en Qatar y por el tema de las visas estaba muy complicado que mi mujer pudiera ir a visitarme con Lorenzo, así que también en esa oportunidad me volví unos días para Navidad. Venía arrastrando varios años de ausencias y por eso ahora decidí quedarme para tratar de ganar la Liga con UPCN. Después, el año que viene seguramente volveré a jugar en el exterior.

Con Waldo Kantor, medallista de bronce en 1988, en Arabia Saudita

–En cuanto a lo deportivo, ¿qué saldo te quedó de tu reciente experiencia en Irán?

–Quedé contento, porque jugué una buena primera fase. En Irán podés cambiar de equipo a mitad de la Liga y, al saber que no seguía en el club, varios equipos me llamaron para jugar la segunda rueda. Pero mi idea era quedarme en Argentina. Se dio lo de UPCN y no lo dudé. Primero, por lo familiar. Segundo, por el desafío de estar en UPCN, cumplir un rol importante en el equipo y cumplir el objetivo del club, que es ganar la Liga.

No se nos dieron las cosas en el comienzo de temporada (nota: Federico sufrió un pequeño desgarro en el cuádriceps derecho en el debut), así que el desafío es mucho mayor y la responsabilidad es muchísimo más grande. Hay que estar a la altura y hacer todo lo posible para conseguir el título.

–Empezaste jugando en Obras, un equipo muy tradicional del vóley sanjuanino. ¿Hubo cargadas con esta incorporación a UPCN?

–Sí, alguna que otra chicana, pero es trabajo. Lo tomo con esa seriedad, ese profesionalismo: hoy me toca defender los colores de UPCN y lo voy a hacer al máximo para lograr los objetivos del club con mi rendimiento. Ése es mi gran objetivo y estoy muy enfocado en eso.

Con la camiseta de Obras, el equipo en el que jugó dos etapas distintas de la Liga: en el inicio de su carrera y en 2016/17

Trotamundos. Desde su debut como profesional, “Fede” jugó en ligas de Argentina (Obras, Boca, Bolívar, Lomas y Monteros), Grecia, España, Brasil, Italia, Bélgica, Irán, Arabia Saudita, Qatar y Libia. También disputó dos copas en Emiratos Árabes Unidos.

–Pasaste por varios clubes del país: Obras, Boca, Bolívar, Lomas y Monteros. ¿Qué tiene de especial volver a jugar la Liga Argentina?

–Siempre es lindo estar en tu país. Ésta es una Liga bastante particular. Los equipos y el nivel han bajado, pero también creo que es bueno para que los jóvenes aprovechen las oportunidades que les están dando. Además, con la medalla de bronce, se le está dando más “rosca” al vóley, así que hay que aprovechar para que los chicos crezcan y se acerque más gente al deporte. Los más experimentados tenemos que mostrar profesionalismo, ser el ejemplo en dedicación para abrir caminos. En UPCN esperamos coronarlo con el campeonato. Lo que más quiero es ganar la Liga.

La de Monteros había sido la última camiseta que vistió Pereyra en la Liga antes del regreso en 2022

–Sos el único medallista olímpico en jugar la Liga Argentina. ¿Observás alguna repercusión distinta después del bronce?

–Obviamente, es distinto. Antes no me pedían tantas fotos, por ejemplo. Además, el reconocimiento va a ser de por vida, porque tendremos esa medalla olímpica sobre el pecho para siempre. Antes de viajar a Tucumán, el gobernador me invitó para hacerme un reconocimiento. Antes no iba a pasar eso.

Nos lo ganamos y estoy orgulloso de mis compañeros, del equipo del que formé parte. Eso también demanda una responsabilidad y una dedicación mayor: todos te están mirando y tenés que ser el ejemplo, desde llegar primero al entrenamiento e irte último, entregarte al máximo, ser profesional al ciento por ciento. Eso está bueno, porque es un estilo de vida que he tomado. Me siento muy bien con eso.

–¿Tus compañeros de Selección te contactaron en estos días?

–Sí, muchos de los chicos me contactaron y hemos hablado. Por ejemplo, Martín Ramos me escribió: él tiene mucha pertenencia con el club y me deseó éxitos con UPCN. “El Polaco” Poglajen, Luciano De Cecco, Agustín Loser, Facu Conte también me escribieron. La mayoría de los chicos me dijeron algo. Son alientos que suman mucho para la motivación personal. Voy a hacer todo para dejar parada lo más alto posible a la “legión olímpica”.

Con Bolívar jugó el Mundial de Clubes 2010

–De tu carrera en la Liga Argentina, ¿cuáles son los recuerdos que te aparecen como un flash rápidamente?

–Me acuerdo de los inicios, mi primera Liga. Mis raíces, mi debut, mi primer partido como titular. Después, lo que vivimos con Bolívar, porque ganamos el Sudamericano en casa contra Cimed de Brasil. Recuerdo la primera Liga que me tocó ganar, con William, Wallace y todos esos cracks del vóley (nota: fue en la temporada 2009/10, cuando el equipo de Marcelo Tinelli alcanzó su cuarto título consecutivo). De todos los clubes uno tiene pequeños lindos recuerdos. No siempre lo único importante es ganar: hay compañeros y amigos en el camino, partidos que sirvieron para crecer como jugador y como persona. Siempre tengo buenos recuerdos de la Liga.

Con la 9 de Bolívar fue el máximo anotador del Mundial de Clubes 2010

En lo más alto. En Bolívar, Pereyra integró el plantel que se consagró campeón de la Liga Argentina 2009/10 y del Sudamericano de Clubes 2010. Con ese equipo llegó a semifinales del Mundial de Clubes 2010 en el que logró una de sus actuaciones individuales más meritorias, al convertirse en el máximo anotador del torneo.

–Entre la segunda mitad de 2020 y el cierre de 2021 tuviste destinos poco convencionales para voleibolistas argentinos. ¿Qué recogiste de estas experiencias?

–Antes de esta última vivencia en Irán pasé por la Liga de Qatar. No había argentinos, pero sí varios extranjeros, como el búlgaro Rozalin Penchev, que jugó en Bolívar, y el ruso Alexey Spiridonov, que estuvo en el Zenit Kazan. Se permiten dos extranjeros por equipo, pero hay muchos brasileños y serbios nacionalizados, con pasaporte qatarí, por lo que la Liga se potencia un poco más. Y también fui a jugar los playoffs a la Liga de Libia, al norte de África, donde gané el título. Irán también fue un destino “loco”.

El momento del festejo, al obtener el título en la Liga de Libia

En lo deportivo, todo esto me ayudó mucho a crecer. En esos países pagan bien y se les exige mucho a los extranjeros. Tenés la responsabilidad de rendir bien todos los partidos: me hizo autoexigirme, entrenarme mucho, inclusive solo, porque los clubes no entrenan tanto como estamos acostumbrados.

En lo cultural, aprendí de culturas muy diferentes a la nuestra. Uno se tiene que estar adaptando constantemente a las comidas, a las costumbres, a los horarios. Por ejemplo, hay lugares en los que no podés usar short en la calle y tenés que andar de pantalón largo en pleno verano. En Qatar no pasaba, pero sí en Arabia Saudita y Libia, porque son muy ortodoxos, musulmanes a rajatabla. Estoy totalmente agradecido al vóley en lo deportivo y en lo humano.

En Shahdab Yazd de Irán, su último equipo antes de regresar a la Liga Argentina (Foto: varzesh3.com)

–En ese sentido, ¿ayudó mucho la soledad para hacer una introspección y conocerte más profundamente?

–Seguramente. En el primer año de toda esta seguidilla de experiencias me tocó en un club de fútbol, el Al Hilal de Arabia Saudita. Estábamos con mi mujer y Lorenzo, pero tuvimos la desgracia de que falleció mi suegro y mi familia se volvió a Argentina en enero. Tenían pasaje de vuelta, pero comenzó la pandemia y cerraron los aeropuertos. Me quedé solo hasta junio, encerrado en un edificio, intentando volver. Pude regresar en junio y pasé mi cumpleaños en cuarentena en San Juan: otras dos semanas encerrado. Fueron muchos meses de estar solo y eso no es lindo para nadie, pero también me ayudó a conocerme más, a saber qué quería, qué me gusta. Cuando uno aprende a estar solo, después puede compartir su vida con otra persona. Eso me ayudó mucho.

–Más allá de la introspección, ¡en algún momento te debías desesperar por las ganas de estar acompañado por tu familia!

–¡No me quedé con eso! Ja. En 2020 firmé contrato con el Al Wakrah de Qatar. Estaban incluidos los pasajes para mi familia, todo divino. Viajé a fines de agosto. Y empezaron los problemas, porque no autorizaban las visas de turistas para familiares. Llegó diciembre y el club me dijo que no iba a poder llevar a mi familia. Me iba a tener que quedar solo hasta mayo. Les dije: “No, muchas gracias por todo, pero me vuelvo”. Me volví a Argentina y recién ahí salió la oferta de Libia en 2021. Ahí sí disfruté de estar un poquito con mi familia.

En Rímini, Italia, el sanjuanino tuvo una muy positiva VNL

–Con ese panorama tan complejo, ¿cómo hiciste para potenciarte y tener una muy buena VNL en 2021 y ganarte, de ese modo, un lugar en los Juegos de Tokio 2020?

–A todo esto se lo agradezco a mi mujer, porque es una mujer de hierro. Superado lo de Qatar, en 2021 fui a Libia, volví y Marcelo Méndez me llamó de nuevo a la Selección. Era el sueño de volver a estar en unos Juegos. Estaba preparado psicólogicamente, no sé si tanto en lo físico. Me puse rápido en forma y pude hacer una VNL con buenos partidos, y eso me dio la oportunidad de estar en las Olimpíadas. Fue un tiempo difícil, pero me hice fuerte y lo pude lograr.

Imágenes imborrables después del podio en los Juegos de Tokio

Y ese 2021 de Selección también implicó estar tres meses afuera, lejos de mi familia, de mi hijo de 3 años. ¡Ahora quiero disfrutar con él, en mi casa, en mi cama! Y también quiero disfrutar a pleno del nacimiento de mi segundo hijo, Álvaro. Alejandra tiene fecha probable de parto para el 17 de mayo. Estoy motivado para darlo todo.

 


Entrevista: Gabriel Rosenbaun


Fotos: Volleyball World – ACLAV – Somos Vóley – Redes sociales Federico Pereyra


 

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