En la videollamada, Luciano De Cecco luce tranquilo. El capitán exhibe su sonrisa unas cuantas veces durante la charla. A menos de 24 horas de enfrentar a Serbia, por los octavos de final del Mundial 2022, el armador de la Selección Argentina asume con serenidad la espera del cruce clave para el equipo que hace un año se colgó el bronce olímpico.

“Al mensaje positivo lo tenemos que dar dentro de la cancha. Creo que ésa es la mejor manera. En palabras no me gusta decir nada. Los que hablan mucho ‘venden humo’. A esta altura del partido, hay que demostrar todo en la cancha, ser positivo y dejarlo todo”, afirma Luciano.

“Podemos tener muchas ‘finales’ por delante. Pero quizás sea sólo una. Entonces, nos vamos a concentrar en ésta, frente a Serbia. Ojalá podamos competir al máximo”, agrega.

–¿En qué aspectos sentís que el equipo mejoró respecto de lo visto en la primera fase?

–Hemos tenido momentos muy buenos, muy malos, momentos de incertidumbre, de buen vóley, de “descontrol negativo” y de dominio absoluto en algunos parciales. Nos faltó continuidad. Ahora es difícil saber en qué vamos a mostrarnos mejores. En los entrenamientos, el saque nos está entrando, por ejemplo. Pero si a la hora de los bifes no entra, es difícil valorar lo que se vio en las prácticas. Hay que ser autocrítico y potenciar las cosas que hicimos bien. Eso es clave.

–Respecto del saque, desde afuera parece haber un “efecto contagio” con los errores. ¿Cuánto pesa lo mental?

–En realidad, el saque históricamente nunca nos entró. Vamos a ser sinceros. Salvo en la VNL 2021. Y aun así, conseguimos logros importantes, ganamos partidos importantes. Lo que pasa es que se crea una presión extra para el cambio de saque, porque vos sabés que es necesario rotar, rotar y rotar, porque el saque no te entra. Ahí, lo único que tenés para combatir al rival es cambiar de saque lo más rápido posible. Pero si te sacan dos o tres puntos de diferencia y no metés el saque, se hace muy cuesta arriba. Entonces, el saque en sí mismo no es el problema, sino que eso deja un margen de error muy chico para otras acciones, sobre todo para un equipo relativamente inexperto como el que tenemos. Porque, además, hasta ahora no contamos con Ezequiel Palacios, por lesión, y tuvimos a dos titulares que son debutantes mundialistas.

–En la entrevista con Olé dijiste que notabas que el equipo estaba nervioso, tenso. ¿Esa presión puede desaparecer contra Serbia, que llega como candidato?

–Creo que va a ser un partido difícil para los dos equipos. Es un partido en el cual entran un montón de cosas en juego. No sé cómo va a influir dentro del grupo o en las individualidades, porque cada uno lo vive diferente. Lo que sí hablamos es que hay que jugar lo mejor posible al vóley, darlo todo. Presiones y dificultades hay en todos los partidos, incluso en los que ganás. Hay que tratar de que cada uno suelte la mochila innecesaria que llevamos, para que juguemos al máximo de nuestras posibilidades.

 


Entrevista: Gabriel Rosenbaun

Foto: Volleyball World


 

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